Viernes, 23 de Julio
Hola de nuevo,
Hoy el día ha comenzado como siempre, desayuno y división de grupos y, mientras unos hacían deporte, los otros hacíamos inglés. Una horita y cambio de tercio, los primeros a hacer inglés y los segundos a darle al deporte.
Un poco de tiempo libre y a punto para bajar a las dos a comer, patatas bravas y pollo asado, como siempre, riquísimos.
Mientras hacíamos la digestión, unos dormían y otros terminaban con las últimas partidas de los campeonatos que quedaban pendientes. Ya eran las cuatro y media cuando el grupo de mayores salía hacia la piscina y eran los pequeños los que nos quedábamos con otra interesantísima clase de inglés.
A las seis y media y tras cambiarse de ropa los piscineros, nos hemos reunido todos para jugar a la vez los dos campeonatos que quedaban pendientes: El de dodge-ball y el de fútbol.
Se han hecho las ocho y media y aún no habíamos terminado el campeonato de fútbol, la final queda pendiente de jugarse cuando haya algún rato libre.
La cena ha sido puntual, como siempre, a las nueve de la noche y un plato combinado ha sido lo que nos ha quitado el hambre atroz que gastábamos.
Y, por fin, ¡Nos hemos ido de acampada! Hemos cogido nuestros bártulos y hemos salido hacia el camping, donde nuestras tiendas ya estaban montadas, algunas desde hacía tres días...
Como siempre cuando se va de acampada, antes de acostarnos tocaba contar unas cuantas historias de miedo. Han sido necesarias seis o siete para que el miedo y el cansancio se apoderaran de nosotros.
Mañana será otro día y, con la cantidad de estrellas que llenan el cielo, es seguro que amaneceremos bajo el cielo azul de la mañana.
Hoy el día ha comenzado como siempre, desayuno y división de grupos y, mientras unos hacían deporte, los otros hacíamos inglés. Una horita y cambio de tercio, los primeros a hacer inglés y los segundos a darle al deporte.
Un poco de tiempo libre y a punto para bajar a las dos a comer, patatas bravas y pollo asado, como siempre, riquísimos.
Mientras hacíamos la digestión, unos dormían y otros terminaban con las últimas partidas de los campeonatos que quedaban pendientes. Ya eran las cuatro y media cuando el grupo de mayores salía hacia la piscina y eran los pequeños los que nos quedábamos con otra interesantísima clase de inglés.
A las seis y media y tras cambiarse de ropa los piscineros, nos hemos reunido todos para jugar a la vez los dos campeonatos que quedaban pendientes: El de dodge-ball y el de fútbol.
Se han hecho las ocho y media y aún no habíamos terminado el campeonato de fútbol, la final queda pendiente de jugarse cuando haya algún rato libre.
La cena ha sido puntual, como siempre, a las nueve de la noche y un plato combinado ha sido lo que nos ha quitado el hambre atroz que gastábamos.
Y, por fin, ¡Nos hemos ido de acampada! Hemos cogido nuestros bártulos y hemos salido hacia el camping, donde nuestras tiendas ya estaban montadas, algunas desde hacía tres días...
Como siempre cuando se va de acampada, antes de acostarnos tocaba contar unas cuantas historias de miedo. Han sido necesarias seis o siete para que el miedo y el cansancio se apoderaran de nosotros.
Mañana será otro día y, con la cantidad de estrellas que llenan el cielo, es seguro que amaneceremos bajo el cielo azul de la mañana.
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