Jueves, 15 de Julio

¡Hola por última vez!

Hoy es el último día de campamento, ¡Qué penita!

La mañana, a pesar de ser la última, ha comenzado como cualquier otra, con un desayuno típico a las nueve, la hora típica.

Después de desayunar, los pequeños nos hemos puesto con el inglés mientras los mayores han cogido su dinero y se han ido de compras al pueblo, tocaba conseguir recuerdos para toda la familia...

A las once, los pequeños hemos cogido nuestro bañador, toalla y sandalias y nos hemos ido, nada más y nada menos, que al spa del Monasterio de Boltaña.

Allí hemos disfrutado durante una hora de tres jacuzzis a distintas temperaturas, cuatro o cinco duchas distintas con efectos de lluvias, bosques y demás, dos piscinas con todo tipo de chorros y burbujas e incluso una bañera de agua helada para contrastar...

Cuando hemos terminado los pequeños, llegaban los mayores con todo su equipo para darnos el relevo. Nosotros, mientras tanto, nos volvíamos a la colonia para secarnos, cambiarnos y recuperarnos de la relajación total con la que habíamos terminado en el spa.

Para comer, a las dos como siempre, hemos tenido, por primera vez en todo el campamento, plato único. Arroz a la cubana en todas sus variedades. A gusto del consumidor en materia de tomate y huevo, pero siempre acompañando el arroz con un par de salchichas, claro.

Después de comer y de hacer la digestión, a las cinco nos hemos ido todos al río, para disfrutar por última vez de sus aguas... ¡Cuánto lo vamos a echar de menos! Como de costumbre, allí nos ha traído la merienda Lorenzo y todos hemos comido antes de volver a la colonia.

Una vez de vuelta, los mayores han sido los que se han puesto con su última clase de inglés mientras los pequeños nos íbamos al pueblo para comprar todo tipo de chucherías, cocacolas, helados y recuerdos para familia y amigos.

Vuelta de nuevo a la colonia y últimos preparativos para la verbena.

A las ocho y media ha comenzado la verbena. En el frontón de la colonia habíamos preparado unas mesas con los distintos tipos de comida que podían coger todos los niños: Pizza, patatas fritas, croquetas, tortilla de patata, perritos calientes y la consiguiente bebida.

Una buena selección de temazos han amenizado la velada que todos hemos empezado comiendo y hemos terminando dándolo todo en la "pista de baile".

Algunos temas más lentos y melancólicos combinados con las últimas dedicatorias y despedidas han conseguido hacer saltar las lágrimas de la mitad de los acampados, que veían que, sin darse cuenta, todo se terminaba e iban a echar de menos a compañeros y monitores.

Eran algo más de las doce cuando todos nos hemos retirado a nuestros aposentos y, tras un rato de últimas charlas nocturnas, todos hemos acabado cayendo en las manos de morfeo. Y es que el cansancio no perdona y, menos aún, el último día.

Ha sido un placer retransmitir todas nuestras pequeñas aventuras de este turno y sentimos mucho la falta de fotos en los últimos días. Hemos tenido unos problemas técnicos que no eran fácilmente solucionables.

¡Un abrazo para todos!



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