Tercer día

Hola a todos,

El despertador ha vuelto a sonar hoy a las ocho de la mañana. Esta vez parece que sí que ha habido algo más de remoloneo a la hora de levantarnos. Nada como acostarnos cansados para dormir bien, descansar y dejar descansar a los compañeros.

A las ocho y media hemos desayunado lo mismo de todos los días y, después de subir a recoger un poco las habitaciones y a lavarnos los dientes, nos hemos dividido en dos grupos.

Los mayores (grupos A, B y C) han tenido inglés a primera hora mientras que los pequeños (grupos E, F y G) íbamos a hacer un poco de deporte.

Al cabo de una hora, los mayores se han puesto ropa de deporte y zapatillas para marchar al campo de hierba a mover un poco el esqueleto y los pequeños han vuelto para tener su correspondiente clase de inglés también.

Cuando todos habíamos terminado nuestras actividades, algo más tarde de las doce de la mañana, se ha repartido el dinero que cada uno necesitaba y hemos bajado al pueblo a echar un vistazo a las tiendas para saber que recuerdos compraremos dentro de unos días y, ya de paso, han caído unas cuantas chucherías, que nunca están de más, jejeje.

Hemos vuelto a casa justo para comer un plato único completísimo con arroz a la cubana y salchicas.

Después de comer ya estaba preparado todo lo necesario para empezar con los primeros y esperadísimos campeonatos, que han sido de ping-pong, ajedrez y air-hockey.

Tras la llamada de la sirena, alrededor de las cuatro y media hemos subido todos a por el bañador, las sandalias, la toalla y la crema para el sol y hemos puesto rumbo al río.

El agua del río nunca había estado tan buena, casi parecía una piscina de lo caliente que bajaba. Hoy hemos bajado con barcas para complementar el baño y allí hemos estado remojándonos hasta que ha venido Don Lorenzo con la merienda: Bocadillo de chorizo y dulce de membrillo.

Mientras volvíamos tranquilamente hacia la escuela hogar nos hemos ido terminando la merienda y, una vez aquí, hemos comenzado con los no menos esperadísimos torneos de fútbol sala y dodge-ball.

Y así hemos estado hasta las ocho y media, de forma que nos ha dado el tiempo perfecto para subir, ducharnos y bajar limpios y perfumados a cenar un plato combinado de lomo, croquetas y patatas fritas con ensalada a gusto de cada acampado.

Después de la cena un poquito de tiempo libre y, en seguida, hemos bajado todos para que nos explicaran la velada de esta noche, que ha sido la caza del monitor.

A estas alturas aún no sabemos cual ha sido el equipo ganador, pero lo que es seguro es que nos lo hemos pasado de fábula buscando a los monitores escondidos con nuestras linternas por todo el recinto.

¡Saludos!






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