Quinto día

Hola otra vez,

Esta mañana ya nos hemos despertado con muchas ganas porque ya sabíamos que nos íbamos de excursión nada menos que a Barrosa.

En lugar del desayuno habitual, hemos tenido algo más ligerito para no tener problemas en el ascenso inicial, que iba a ser el más duro.

Hemos subido a los dormitorios a preparar, por un lado, la mochila de la excursión y, por el otro, el material para el río.

Los autobuses nos han recogido en la puerta de casa y nos ha costado media hora en llegar al punto de inicio de la caminata.

Como ya sabíamos, los dos primeros repechos han sido los más duros. Una vez superados, la travesía ha sido de leves subidas y bajadas. Además, desde la primera media hora, los paisajes ya han sido espectaculares, caminando hasta el final del valle y siguiendo en todo momento el curso del río.

Poco después de la una llegábamos a la cabaña del final del valle, a 1750 metros de altitud nada menos. Tras reposar un poco, hemos comido nuestros bocadillos y nuestra manzana y nos hemos dividido en tres grupos, según las preferencias de cada uno: El primero ha subido con Pablo (monitor) en busca de marmotas, el segundo ha iniciado el ascenso hacia un nevero que había un par de cientos metros más arriba y el tercero y más numeroso, ha bajado hasta el río a quitarse las botas y remojarse un poco los pies.

Sobre las cuatro de la tarde llegábamos a los autobuses que nos han llevado directamente hacia las pozas de Puyarruego, donde hemos estrenado la temporada de río a lo grande.

Después de una hora hemos vuelto a los autobuses y nos han llevado a casa, que ya era hora.

De cenita macarrones y pescado en salsa verde buenísimos y, para terminar un día fantástico, velada de Furor donde todos hemos demostrado nuestros conocimientos y habilidades musicales.

¡Mañana más!